Uno de los días que estábamos de camping, nos hizo uno de estos maravillosos días que tenemos en el norte, es decir, nos tocaba lluvia. Los campings me encantan, ya lo sabéis, pero ¿qué haces un día entero lloviendo con la enana encerrada en un bungalow? así que intentamos buscar un plan tapado y entretenido para todos, y que no nos quedará muy lejos. Al final tras mirar las opciones nos fuimos a Santander a pasar el día y a ver el acuario, bueno, mejor dicho el Museo Marítimo del Cantábrico.
No sabía muy bien cómo iba a salir la cosa, ya que el verano pasado fuimos al acuario de San Sebastian pensando que a la niña le iba a sorprender y la verdad es que no hizo demasiado caso a los peces, pero bueno, con un año más había que probar.
La entrada son 8 euros para los adultos, 5 para los niños de 5 a 12 años y los menores de 5 entran gratis. Podéis ver horarios y precios en su página web haciendo clic aquí. Los domingos a partir de las 14 del mediodía la entrada es gratis.
Tengo entendido que si comes en el restaurante del propio acuario al precio del menú te restan el precio de las entradas, pero no pudimos comprobarlo ya que estaba completo por una reserva de un grupo, así que si os interesa podéis llamar y preguntar.
El museo está dividido en 4 secciones:
- Biología marina: Es donde está el acuario propiamente dicho, con un gran tanque central en el que pasas cómo por un túnel con peces nadando por encima de nosotros. Es sin duda la sección estrella, aquí es donde mi hija disfrutó de lo lindo viendo tiburones, rayas, y un montón de especies marinas diferentes. A las 12 se puede ver cómo un buzo da de comer a los animales de este gran acuario.
- Etnografía pesquera: Maquetas, utensilios de los pescadores, diferentes tipos de capturas, tipos de embarcaciones...
- Historia marítima. Esta sección y la siguiente las vimos muy rápido porque la chiquitina ya se había aburrido con tanta maqueta, qué se le va a hacer, no tenía ni 3 años!!
- Por último la sección Tecnología marina. Aquí es donde está la terraza con vistas a la bahía de Santander, no podéis perdérosla.
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