3 mar 2016

Cojín de lactancia ¿prescindible o imprescindible?

Cuando te quedas embarazada por primera vez empiezas a mirar un sin fin de cosas para comprar para tí y para tu pequeño futuro bebé. Yo intenté no volverme loca y comprar únicamente lo que me parecía imprescindible, aunque ya os he contado en un post antiguo que algunas cosas que compré ni las utilicé, podéis leerlo aquí.

 Hoy os voy a hablar de todo lo contrario, una cosa que no compré en su momento y que compraría en un segundo embarazo: El cojín de lactancia.

Esto es como todo, hablas con una amatxu y te dice que ella lo compró y que no lo usó y no le sirvió de nada, y hablas con otra y te dice que fue totalmente imprescindible para ella. Os cuento porque yo creo que después de mi experiencia sin él, ahora mismo me lo compraría:

En mi embarazo llegó un momento en que dormía mal e incómoda, creo que como todas en algún momento, y dormía llena de cojines y almohadas (ocupaba casi toda la cama yo sola, jajaja) Una almohada para la cabeza, otra para apoyar el tripón cuando me ponía de costado, otra entre las piernas y en ocasiones un cojín para poner en alto los pies. Cada vez que me quería dar la vuelta era un jaleo para mover todo y volver a colocarme, y ya os digo yo, que me movía un montón. ¿Que de esta forma salí del paso? claro, pero que hubiera sido mucho más sencillo con un cojín de lactancia de los grandes alargados, pues también. Pero pensé, para lo que me queda no me voy a comprar ese armatroste!!!



Llegó la lactancia materna. Al principio doblaba la pierna de la teta que me tocaba dar a lo medio indio, para que me entendáis, para que la niña estuviera más alta. Pero como me terminaba doliendo las rodillas me empecé a colocar cojines debajo, una almohada y un cojín mas pequeño y fino donde colocaba su cabecita. Igual cuando le empezamos a dar biberón. Y para dar el pecho en la cama ponía también una almohada para que estuviera un poco más alta. Así estábamos cómodas, pero lo mismo, con una sola almohada hubiese sido más sencillo. Y volví a pensar lo mismo, a estas alturas ya, no voy a comprármelo!!!

Añadido de última hora: Me comentan que para partos por cesárea es lo mejor.

Explicaros, por si alguna no lo sabe, que hay 2 tipos de cojines de lactancia: 

  • Los alargados o con forma de churro: suelen ser más caros, son más armatroste, pero se pueden usar para dormir en el embarazo, suelen ser más blanditos y más adaptables.

  • Y los de media luna: más pequeños y manejables, se ponen en la cintura de la madre para dar el pecho. Suelen ser más baratos y más rígidos.

Además de para estos usos, también se pueden utilizar luego con el bebé como barrera para no caerse de la cama o el sofá, para ponerselo alrededor cuando estén sentaditos pero aún no tengan buen equilibrio y se puedan caer, para tumbarlos encima sin riesgo a que se caigan...

A mí me gusta mucho el de la marca Jané, que además de lo que os he contado anteriormente, lo puedes utilizar también más adelante ya que trae una funda que convierte el cojín en una hamaca con arnés de seguridad para que el bebé pueda estar plácidamente tumbado y seguro, así podemos amortizarlo todavía más.



¡¡¡Aunque vete tú a saber lo que habrá si alguna vez vuelvo a embarazarme!!! Si lo hubiera comprado embarazada, fijo que lo habría usado un montón.

¿Vosotras lo usastéis? Contarme vuestras experiencias...


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