Hay ciertas cosas,de mí misma que desconocía, y que sólo he podido saber que existen a raíz de convertirme en amatxu, algunas de ellas son hasta graciosas contándolas, ¿os suenan?
- Tengo mucha mas paciencia de lo que pensaba. Sabía que tenía mucha, pero tengo más, tengo PACIENCIA con mayúsculas, y menos mal porque sino a veces...
- No sabia que se podía llegar a querer tantiiiiisimo a alguien, quiero a mi familia a mis amigos, a mi marido...pero lo que siento por mi hija es especial. Es un amor enorme e incondicional, daría todo por ella.
- He aprendido a hacer un montón de cosas solo con una mano (siempre viene bien por si un día me quedo manca jajaja) Aunque a veces sea un poco agobiante seguiré cogiéndola en brazos siempre que me lo pida y yo pueda, claro. Nunca he visto ir a niños de 10 años en brazos de sus padres, así que ya se le pasará, y yo aprovecharé cada uno de esos momentos.
- Me he resignado a tener juguetes por el suelo aunque los recoja un sinfín de veces al día.
- El dormir esta sobrevalorado (esto me lo repito una y otra vez para ver si me lo creo, pero de momento...) Yo soy muy dormilona, y pensaba que lo de no dormir lo iba a llevar muchísimo peor. La verdad es que con la niña hemos tenido mucha suerte: sólo duerme mal cuando está malita o le pasa algo, y lo solucionamos metiéndola en nuestra cama, cosa que también seguiremos haciendo por más que nos digan que la vamos a acostumbrar mal.
- Ducharse o ir al baño sola era un pequeño placer que no sabía valorar hasta ahora. Poder ducharme tranquila y sola durante más de 3 minutos es un lujo!!!
- He agudizado tanto el oído que puedo oír el mas leve quejido de la niña a habitaciones de distancia y con la televisión puesta.
- Soy capaz de mantener la calma cuando la chiquitina se da algún golpe, o cuando está enferma sin echar a correr como una histérica al hospital más cercano.
- Me he dado cuenta de que las cosas que le hacen a la niña me repercuten a mi por 2, tanto las buenas como las malas, y que estas últimas duelen más que si me las hicieran a mi misma. Tengo muchísimo instinto de protección.
- Y lo más importante de todo: soy capaz de cuidar perfectamente a un ser indefenso que depende totalmente de mi y responder a todas sus necesidades. Y creo firmemente que con el instinto maternal no se nace, se hace.
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