Como ya he dicho en otras ocasiones, yo no soy (era) nada
niñera, y creo que nunca he tenido eso que llaman instinto maternal. Yo no tuve
la “necesidad imperiosa” de ser madre ni se me despertó de repente el reloj
biológico. Pero ¿el instinto maternal
realmente existe?¿se tiene o se crea? A algunas mujeres les encantan los
niños y están deseando ser madres y a otras, en cambio, no es solo que no lo
deseen, sino que les causaría una gran infelicidad.
Para empezar, no es necesario tenerlo para quedarse
embarazada, eso solo ocurre porque somos fértiles y está en nuestra naturaleza
humana, el instinto aparece más tarde,
cuando el bebé nace. Es un vínculo
que une a la madre y al bebé desde el momento del parto, que impulsa a la madre
a protegerle, cuidarle y procurarle un amor incondicional modificando sus
propias prioridades. Hace que una madre “conozca” las necesidades del bebé y
quiera satisfacerlas (eso no quiere decir que por arte de magia sepamos qué le
ocurre o qué necesita en todo momento). En realidad es que somos puros animales, es una forma de proteger y perpetuar la
especie, todas las hembras lo tienen por naturaleza, pero los humanos somos los
únicos que nos lo planteamos y reflexionamos sobre ello.
Pero… ¿qué ocurre si
después de nacer no siento nada por mi bebé?
Hay algunas mamás que les ocurre, que en vez de estar muy
felices y sentir amor a primera vista por sus bebés se sienten indiferentes
ante los pequeños, cosa que les hace plantearse si ya de entrada son malas
madres. Nada de eso, la maternidad es una experiencia humana y el instinto
maternal puede ir forjándose día a día, conociendo a tu chiquitín, teniendo mas
contacto, cuidándole y mimándole… y con tiempo, y sobretodo, sin culparse ni
angustiarse, poco a poco llegará.
Si pasado un tiempo te sigues sintiendo de la misma forma y
sigues rechazando a tu bebé es aconsejable que acudas a un especialista que
verifique si estás pasando por una depresión postparto o simplemente necesitas
un poco mas de tiempo para adaptarte a tu nueva vida.
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