Cuando se llega al tercer trimestre se te acaba esa
hiperactividad que habías tenido hasta ahora, pero no por volverte vaga, sino
porque ya no puedes mas!!! Jajaja. Poco
a poco esa pequeña tripilla se ha convertido en un pedazo de barrigón, y cuando parece que eso va a reventar, que no
puede dar mas de si, te sorprende y sigue creciendo.
Aquí es donde nos vuelven a aparecer los achaques típicos
del embarazo:
Para empezar estamos mucho mas torpes, cosa lógica con
nuestro volumen y el peso de la tripa que ya es considerable. Yo no podía
ponerme el calzado ni cortarme las uñas de los pies sin un gran esfuerzo.
Me costaba muchísimo estar cómoda en la cama, porque se me dormían
las piernas y era una sensación incomodísima. Leí en algún sitio que eso
mejoraba con un cojín entre las piernas, pero en mi caso no fue así.
La espalda me dolía en cualquier posición, de pie, sentada…¡¡daba
igual!!! Aunque esto lo sobrellevaba a base de ponerme una almohadilla de
semillas bien calentita ¡¡menos mal que una gran amiga me dio la idea y me hizo
uno!!
Empezaron los ardores de estómago comiese lo que comiese,
gracias a unas maravillosas pastillas, llamadas alquen , que siempre llevaba en el bolso esto también lo llevé
bastante bien.
Una cosa muy curiosa de este trimestre, es que ¡¡el bebé
tiene hipo en la tripa!! Esto ocurre aproximadamente a partir del séptimo mes y
es una sensación muy extraña. Además según va pasando el tiempo el hipo se hace
mas frecuente porque el diafragma del
feto tiene que ejercitarse y prepararse para el nacimiento.
¿Y qué os voy a contar de las patadas? Lo que al principio
era una leve presión ahora se convierte en dolorosas patadas en sitios de tu
cuerpo que no te habías fijado hasta ahora en que estaban ahí. Recuerdo una
noche en particular en la que no me podía dormir de las patadas que me estaba
dando y me levanté a pasear por el pasillo, y mientras iba pasillo arriba y
pasillo abajo pensaba ya la estoy acunando
y todavía no ha salido, aisss.
Aunque todo esto suene fatal, eso solo es porque enumeramos
las molestias que tenemos, pero también habría que añadir las cosas positivas
de esta etapa: lo feliz y contenta que estaba, como hablaba a mi niña mientras
acariciaba mi tripa, lo bonito que es sentir al bebé dentro en todo momento y
ser capaz de saber cuándo está dormida, y cómo podía querer ya a una cosita a
la que todavía no había visto.
Si alguna estáis embarazadas quedaros solo con lo bueno, que
el embarazo es un momento precioso.
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